CURSO ANUAL 2025
Hechos de discurso
Dictado por: Gabriel Levy

Hechos de discurso
Curso anual 2025
A cargo de Gabriel Levy
A modo de presentación
Del discurso, sin embargo, está claro que no hay nada más candente que lo que se refiere al goce.
El discurso se aproxima a él sin cesar, porque en él se origina.
Lacan, El seminario 17, p.74
****
El curso anual a cargo de Gabriel Levy, que este año lleva nuevamente el título de Hechos de discurso, propone en su continuidad y bajo la orientación de una secuencia precisa que viene desarrollando, retomar la lectura de El seminario 17, El reverso del psicoanálisis en la perspectiva de considerar las elaboraciones del discurso del capitalismo (o, mejor dicho, del seudodiscurso) que Lacan escribió en 1972. A continuación, unas brevísimas notas a modo de presentación, que no son otra cosa que una paráfrasis de algunos puntos del recorrido realizado durante el 2024.
****
En el inicio de El seminario 16, en noviembre del 68, Lacan escribe en el pizarrón, “La esencia de la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabras”; al año siguiente, también en la lección inaugural de El reverso del psicoanálisis, presenta la escritura de los cuatro discursos, uno de los cuales es el del psicoanálisis.
Esto quiere decir que fue necesario el desarrollo durante todo el seminario anterior −en esa especie de laboratorio preparatorio que es De un Otro al otro− para que Lacan fuera precisando, anticipando, destilando las articulaciones lógicas que finalmente decantan, “como un extraordinario producto de destilación”, en una maquinaria lógica formalizada en términos de cuatro discursos. El discurso del amo, el discurso universitario, el discurso histérico, el discurso del analista: cuatro estructuras, es decir, vacías de palabras.
En efecto, en la primera clase de El seminario 17, concluye con lo que había propuesto cuando afirmó que prefería para el psicoanálisis “un discurso sin palabras”, lo que quiere decir reducido a una escritura −insisto−, reducido a una estructura.
Por eso, se dice que este es un seminario conclusivo. Conclusivo de la afirmación del psicoanálisis como un discurso, que se materializa en una maquina lógica, en un aparato lógico de lectura, lo cual tiene una importancia decisiva. ¿Cuáles son los alcances, las consecuencias, que tiene definir el psicoanálisis como un discurso?
Se trata de la escritura algebraica de una estructura. Una estructura cuadripartita que, como su nombre lo indica, está compuesta por cuatro elementos y cuatro lugares y alcanzada por ciertas coerciones, de modo tal que los elementos circulan manteniendo una única dirección de permutación -el sentido de las agujas del reloj- y manteniendo el orden entre sí. Estos “pequeños cuadrípodos giratorios”, como los llama Lacan, son entonces cuatro formas lógicas que puede tomar el discurso. Y son la puerta de entrada de El seminario 17, El reverso del psicoanálisis, que Lacan dicta entre el 69 y 70, cuya primera lección, consecuentemente, fue titulada “Producción de los cuatro discursos”.
Discurso y lazo social son equivalentes
Los discursos no están hechos de palabras, pero no hay discurso sin lenguaje. Lo que define un discurso son ciertas relaciones fundamentales que supone la existencia del lenguaje. En ese sentido, una definición posible de “discurso” es aquello que en el ordenamiento que se produce por la existencia del lenguaje hace función de lazo social.
Es un orden. Ese orden tiene como condición la existencia del lenguaje. Es un orden que concierne a los seres hablantes como tales y, por lo tanto, no hay lazo social por fuera de la dimensión de los seres hablantes. Quiere decir, cómo se vinculan unos con otros. Los cuatro discursos son distintas maneras de presentar una dimensión de la intersubjetividad.
Los discursos son una manera de escribir los distintos tipos de lazo social, que son lazos intersubjetivos. Presenta cuatro lazos sociales, que es lo mismo que decir cuatro discursos, con los cuales ordena los discursos de la civilización. Entonces discurso y lazo social son equivalentes.
Los discursos son aquello que sostiene el mundo
Antes de su formalización, Lacan ya se había referido al término discurso, pero sin esta definición precisa, sino que lo había utilizado con un sentido amplio, corriente como, por ejemplo, en el 1953, en “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis” en el que definía el inconsciente como el discurso del Otro. Es preciso aclarar que el sentido de discurso tampoco coincide con los desarrollos filosófico lingüístico del contexto francés de su época. Claramente, no se define como un conjunto de palabras; ni se homologa a enunciado, a lo efectivamente dicho sobre una realidad exterior. Muy por el contrario, los discursos son aquello que sostiene el mundo. Por eso, “hechos de discursos”, como anuncia en el título de este curso, en tanto que es de discurso de lo que estamos hechos y de lo que el mundo se sostiene.
El esqueleto del psicoanálisis
En su “conferencia en Burdeos” (1992), Miller llama a esa estructura, a esa matriz que son los discursos, “esqueleto” porque entiende que lo que pretende Lacan en este seminario es reducir el psicoanálisis a su esqueleto; es decir, poner al desnudo el psicoanálisis, desocultar algo que hasta ese tiempo permanecía velado. “El reverso del psicoanálisis es una puesta al desnudo del psicoanálisis”, escribe. “El psicoanálisis realmente reducido a su esqueleto.”
Es así que a lo largo de las doce lecciones siguientes procede a desnudar, una a una, nociones fundamentales del psicoanálisis y, al hacerlo, queda el esqueleto que es esa matriz, esas letras, que llamamos discursos. Estas lecturas que aparecen agrupadas bajo tres apartados, de cuatro clases cada una, cuyos títulos son indicativos de aquello que desnuda bajo la lógica que ya ha presentado. La primera parte es “Ejes de la subversión analítica”. Cada una de estas clases llevan por título un aforismo, “El amo y la histérica”, “Saber, medio de goce”, “Verdad, hermana de goce”; “El campo lacaniano”. El segundo conjunto, “Más allá del Complejo de Edipo”, se ocupa de desnudar la fábula de Freud sobre el padre, por decirlo así y, finalmente el tercero, “El reverso de la vida contemporánea”, muestra el corazón de la vida contemporánea, como lo hiciera Marx cuando develó el secreto del capitalismo con su noción de plusvalía, que Lacan homologa aquí con plus de goce.
El discurso del analista es el esqueleto del psicoanálisis. Así lo concibió Lacan y así se refirió en las páginas iniciales del seminario cuando dijo que creyó que debía titularse “El psicoanálisis al revés puesto que caracterizo mi discurso como volver a tomar el proyecto freudiano al revés (…) volverlo a tomar por el reverso. ¿Qué quiere decir esto?”. ¿Qué entendemos “por reverso”?
“El reverso del psicoanálisis” no es lo oculto del psicoanálisis, ni tampoco significa lo contrario del psicoanálisis. El reverso es más bien una referencia a la trama, al tejido, a la tela, como lo indica Lacan en la página 57: “el reverso no explica ningún anverso”. Es un entramado particular que le permite, ya en las páginas iniciales, proponer el discurso analítico como reverso del discurso del amo (es decir del inconsciente), lo cual plantea tanto una serie de posibilidades como de paradojas importantísimas de considerar, puesto que, a su vez, el discurso del amo es el esqueleto de la vida contemporánea. Por eso es algo muy importante detenerse en cómo considerar este “reverso”.
El proyecto de Freud al revés
Entonces, ¿Qué significa tomar el proyecto de Freud al revés? Así como hay un primer tiempo en la enseñanza de Lacan que es el tiempo “del retorno a Freud”, el Lacan de “Función y campo de la palabra y el lenguaje”, este es el Lacan del reverso. Si el primero rescata a Freud como referencia fundamental; este es el que lo desnuda. Si el primero se corresponde con el campo de la palabra, este es el de un campo nuevo que llama “campo del goce” (campo del goce que Lacan llama en este seminario el campo lacaniano). Esto es algo muy importante, puesto que quiere decir que lo que organiza el campo lacaniano es el goce.
Si en el primer tiempo prevalece lo que hace a las formaciones del inconsciente, en este prepondera lo que se llama el codo de los años 20, es decir “Más allá del principio del placer”, y el viraje que existe a partir de la introducción de ese “más allá”, en el que Freud ubica la pulsión de muerte como un modo paradigmático de la satisfacción y que Lacan nombra goce.
Así es que una de las claves de este seminario es la repetición. Es más, es uno de los pivots sobre el cuál gira el seminario. Y ¿cómo llamó Freud a la repetición? “Más allá del principio del placer”. El vínculo de la repetición al goce, la pulsión de muerte. Este es el esqueleto.
Los discursos son pequeños esquemas con los que Lacan, “se divierte comparando con animales en cuatro patas, y que esta semana los vi por un momento como cuatro esqueletos, esqueletos que conducen una suerte de danza frenética, una suerte de danza de la pulsión de muerte” (Miller, 1992, p.3).
Discurso y lazo social son equivalentes, decía antes. Llamamos lazo social a la manera como se regula cualquier sujeto con el lenguaje y con el goce. Eso va a estar determinados por esas cuatro grandes enunciaciones que son los discursos. Ahora bien, no todo puede ser civilizado por el lenguaje de forma tal que se articule como discurso.
Esa misteriosa satisfacción
¿Qué entendemos por goce? Goce es un término que se puede definir de muy distintas maneras según el momento de la enseñanza de Lacan. Si lo tomamos en sus inicios, de dónde surge, es algo que para Freud está “más allá del principio del placer”, como ya fue dicho. Miller escribe que el goce es “la misteriosa satisfacción que se encuentra en el displacer”. Donde “misteriosa” que quiere decir “incomprensible”, tanto en el sentido de la aparente contradicción de cómo podría haber una satisfacción en el displacer, como que siempre hay algo opaco en esa satisfacción que llamamos goce vinculada al displacer.
Llamamos goce a la parte del lazo social que no está regulada -si ustedes quieren, civilizada- por el lenguaje, es decir, por el orden del discurso. Pero ese goce que concierne al ser hablante es un goce, precisamente, mortificado por el lenguaje, ya mochado. Esta es la gran base lógica. Incluso, Lacan dice, la inserción del goce en ese aparato lógico es lo que da todo el movimiento al aparato. Cada uno de los discursos da cuenta de un modo particular de tratar al goce. El goce está incluido como el producto del funcionamiento mismo del discurso, que no es otro que una pérdida. El goce es pérdida y eso está vinculado al concepto de repetición.
Entonces si la puerta de entrada de este seminario es la escritura de los discursos, el movimiento que anima el recorrido es su puesta en funcionamiento, con lo que interroga e interpela el estatuto y el lugar del goce en la vida contemporánea. Contemporaneidad que supone el desarrollo del discurso del capitalismo, discurso que nos determina en la actualidad.
La referencia a la novela de Balzac, “El reverso de la vida contemporánea”, con la que concluye dicho recorrido y cuyo título tiene resonancias con el del seminario, nos anticipa y sumerge en una lectura del discurso del capitalismo, como continuidad del desarrollo, durante este año 2025.
Ana Santillán
Referencias de lectura
Lacan, J. (2008). El seminario. Libro 16. De un Otro al otro. Argentina: Paidós. (Texto original de 1968-69).
– (1992). El seminario. Libro 17. El reverso del psicoanálisis. Argentina: Paidós. (Texto original de 1969-70).
Levy, G. (2024). Hechos de discurso. Curso anual dictado en CEA (Inédito).
Miller, J.-A. (20 de junio 1992). El psicoanálisis puesto al desnudo por su soltero. Conferencia en Burdeos.
Dictado por:
Gabriel Levy
Inicio:
15 de marzo
Próximas fechas:
12 de abril
1o de mayo
14 de junio
12 de julio
13 de septiembre
04 de octubre
Modalidad Presencial
En sede
Modalidad Virtual
Plataforma Zoom